La participación de mujeres camerunesas en campeonatos de fútbol nacionales e internacionales rompe los roles de género y construye figuras referentes femeninas.
Dos mujeres jóvenes pasan la mañana sentadas en un bordillo de piedra en el pueblo baka de Zoulabot, a escasos kilómetros de Mintom, en el sur de Camerún. Juegan una partida de parchís sobre un tablero decorado con imágenes de cuatro integrantes de la selección de fútbol camerunesa. Un vistazo más preciso al tablero lleva a descubrir que las fotografías son de Gaelle Enganamout, Helen Chanda, Alice Kameni y Madeleine Ngono Mani, jugadoras del equipo femenino del país.
Estamos en la 5ª edición del Campeonato Baka Sin Alcohol, un torneo de fútbol que tiene lugar cada año en Mintom y que sirve como punto de encuentro para sensibilizar a jóvenes de la etnia pigmea baka sobre el consumo de alcohol y otros muchos temas de aspecto social, como la transmisión de enfermedades sexuales, la integración entre etnias o la importancia de la escolarización. Este torneo lo juegan 4 equipos masculinos y 4 femeninos, en competición paralela.
Las dos mujeres terminan su partida y se visten de corto. Durante unos días ellas también son jugadoras de fútbol del equipo femenino de Zoulabot. Esa tarde disputan un decisivo partido contra el combinado de Axe-Congo en el que se juegan sus aspiraciones en el torneo.
La gran novedad de esta edición del campeonato ha sido el partido inaugural que se jugó tras la fiesta de recepción de las autoridades. Por primera vez eran dos equipos femeninos, Axe-Dja y Axe-Congo, los que tenían el honor de enfrentarse en esta jornada inaugural. El encuentro terminó con un empate a cero, con el que se dio inició a la semana de competición ante la atenta y sorprendida mirada de mandatarios y medios de comunicación nacionales desplazados a la zona para cubrir el acontecimiento.
“En el Campeonato Baka Sin Alcohol era imprescindible la presencia de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres”, relata Sonia Mankongo, filóloga y feminista camerunesa, coordinadora de la ONG Zerca y Lejos, la organización promotora del torneo. “Creo que este partido inaugural femenino puede haber generado un impacto de cambio, en la medida en que las personas asistentes entienden que la participación de las chicas en este campeonato va muy en serio. En sociedades como ésta, en las que todo lo que hacen las mujeres casi siempre va en segundo plano, creo que entre las propias jugadoras o espectadoras hay materia para avanzar en términos de igualdad y de imagen de las mujeres en el deporte.”
El futbol femenino está en auge en todo el mundo y Camerún no es una excepción. El equipo nacional ha cosechado medallas en las cuatro últimas ediciones de la Copa Africana de Naciones, dejando clara su pujanza en el continente. No tuvieron tanta suerte en la última Copa del Mundo, celebrada en Francia, donde fueron eliminadas en octavos de final por el equipo de Inglaterra tras un polémico partido.
A pesar de todo, el verdadero ganador del último Mundial fue el fútbol femenino como disciplina, como confirman los datos de asistencia a los estadios, las audiencias televisivas y la respuesta de los usuarios en las redes sociales, entre otros factores. El fútbol sirvió como base para la reivindicación de los derechos de las mujeres, que exigían igualar su presencia en medios y salario a los de los hombres. El fútbol funcionó, una vez más, como vector de cambio, llevando el debate sobre la invisibilización de las mujeres en ciertos aspectos de la vida, como es el deporte.
“Hoy mismo, el fútbol es uno de los vehículos más potentes para la visibilización de las mujeres,” continúa Mankongo. “No sólo porque participan cada vez más en las competiciones nacionales e internacionales, sino también porque tienen éxito. Se las tiene cada vez más en cuenta y la gente toma conciencia de que estas capacidades no tienen nada que ver con el sexo o con el género. Hace años en Camerún no se podría encontrar en los mercados camisetas de deporte con nombres de mujeres. Pero desde hace 3 años sí se encuentran. Las mujeres y las niñas las llevan con orgullo, esto es un enorme avance.”
La participación de las mujeres en el Campeonato Baka Sin Alcohol, celebrado en una zona rural de Camerún, supone una gran ruptura de roles de género para las personas participantes, que comienzan a asumir que la mujer tiene su horizonte fuera de las labores del hogar. “Nunca me había interesado el fútbol”, asegura Mirabelle Assampele, centrocampista del equipo de Axe-Dja, “pero era porque antes las mujeres de mi pueblo no sabíamos jugar. Ahora que mi equipo ha aprendido algo de técnica, disfrutamos mucho.”
“Camerún está conociendo un auge en el fútbol femenino y esto tiene repercusión en las mujeres y en las niñas.” concluye Mankongo. “Los padres dejan a las niñas formar parte de los clubes de fútbol. Si antes tanto los niños como las niñas soñaban con ser como Samuel Eto’o, hoy las niñas pueden soñar con ser Madeleine Ngono Mani y llevar su camiseta. Esto es un progreso y demuestra que las niñas tienen referentes con las que se identifican sin ‘querer ser un hombre’ o ‘hacer como un chico’. Se ven fuera de las labores del hogar, con pantalones cortos y en estadios de fútbol. Y consiguiendo grandes resultados, además.”
Artículo y fotografías de Xavi G. Rodrigo.
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